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martes, 3 de agosto de 2010

PARA EJERCITAR LA FE

Clave del Exito

1.- Formule y grabe indeleblemente, en su mente, un retrato mental de usted mismo triunfante. Mantenga tenazmente, este retrato; nunca permita que desaparezca. Su mente tratará de desarrollar esta imagen. Nunca piense que es un fracasado; nunca dude de la realidad de la imagen mental. Esto es muy peligroso porque la mente siempre trata de completar lo que vislumbra; así, siempre imagine “el triunfo”, no importando el mal cariz que muestren las cosas de momento.

2.- Siempre que algún pensamiento negativo concerniente a sus poderes personales le venga a la mente exprese deliberadamente un pensamiento positivo que desvanezca el anterior.

3.- No erija obstáculos en su imaginación. Desprecie todos los llamados obstáculos que se levanten; no les conceda importancia. Las dificultades deben ser estudiadas y consideradas eficientemente, para ser eliminadas; pero deben ser vistas solamente como lo son; no deben ser desorbitadas con pensamientos de temor.

4.- No se deje impresionar por otras personas, ni trate de copiarlas; nadie puede ser tan eficiente como lo es usted mismo. Recuerde también que la mayoría de la gente, a pesar de su apariencia y comportamiento de dominio, a menudo está asustada y duda de sí misma como usted.

5.- Diez veces al día repita estas palabras dinámicas: “Si Dios está con nosotros, ¿quién puede estar contra nosotros?” (Romanos 8:31), deje de leer y repítalas AHORA MISMO con lentitud y seguridad.

6.- Consígase un consejero, competente, que le ayude a comprender por qué usted hace lo que hace. Descubra el origen de sus sentimientos de inferioridad y de duda en sí mismo, que con frecuencia provienen de la niñez. Conocerse a sí mismo conduce a la curación.

7.- Practique diez veces al día la siguiente afirmación, repitiéndola en voz alta, si es posible: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Repita estas palabras AHORA MISMO; esta mágica frase es el más poderoso antídoto terrestre contra los pensamientos de inferioridad.

8.- Haga un balance real de sus propias capacidades y auméntele un diez por ciento. No se vuelva vanidoso, pero créese un respeto sano a sí mismo; confíe en sus propios poderes liberados por Dios.

9.- Póngase en las manos de Dios; para esto simplemente afirme: “Estoy en las manos de Dios”. Después convénzase de que AHORA MISMO recibe todos los poderes que necesita; “sienta” cómo fluyen dentro de usted; afirme que “el reino de Dios está con usted” (Lucas 17:21) en forma de un poder adecuado para afrontar las exigencias de la vida.

10.- Recuérdese a sí mismo que Dios está con usted y nada lo podrá vencer a usted; confíe que AHORA RECIBE el poder de Él.

(Norman Vincent Peale, El Poder del Pensamiento Tenaz, págs. 27-29)

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