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jueves, 1 de julio de 2010

Caminemos por la Fe.

 

Spencer W. Kimball

“Recordemos que Abraham, Moisés, Elías el profeta y otros no pudieron ver claramente el fin desde el principio. Ellos… anduvieron por la fe y a ciegas. Recordemos que no hubo puertas abiertas, que Labán no estaba ebrio y que no había ninguna esperanza justificada en el momento en que Nefi ejerció la fe y fue en busca de las planchas. No hubo ropa de asbesto ni ningún otro tipo de defensa común en el horno ardiente que protegiera a los tres hebreos de la muerte; no hubo bozales de cuero ni de metal en la boca de los leones cuando echaron a Daniel dentro del foso… recordemos que no había pueblos ni ciudades, granjas ni huertos, casas ni almacenes, ni un desierto floreciente en Utah cuando los perseguidos pioneros cruzaron las llanuras. Recordemos que tampoco había seres celestiales en Palmyra ni a orillas del Susquehanna ni en Cumorah cuando José, con el espíritu hambriento, entró silenciosamente en la arboleda, se arrodilló para orar en la ribera del río y subió hasta la cima del cerro sagrado.”

(Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Spencer W. Kimball, pág. 157)

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