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miércoles, 30 de junio de 2010

Dar animo con amor.

Sterling W. Sill,

Una de las influencias que más perjudican la personalidad y el progreso humano es la inercia, esa cualidad que el diccionario describe como flojedad, inacción. Tenemos una tendencia a “dejarnos estar”. Necesitamos que alguien nos anime para hacer las otras cosas valiosas de la vida, incluyendo el logro de nuestra propia salvación.
Ciertamente, necesitamos ayuda y ánimo en el segundo gran mandamiento, porque si alguien no interviene por nuestro bien podemos perder nuestras bendiciones.
El poder más grande del mundo para hacer surgir la bondad de la gente es el poder del amor. Un interés sincero y un deseo amable de servir a nuestros semejantes pueden vencer cualquier obstáculo. 
Napoleón dijo que la providencia estaba del lado del ejército que poseía los regimientos más fuertes.
Pero en la obra de las relaciones humanas en la obra de la Iglesia, el éxito se encuentra con aquellos que tienen en sus corazones el amor más fuerte y la mayor energía en su equipo locomotor para hacer sentir ese amor.                                                                                    

(Sterling W. Sill, Liahona, marzo de 1958)

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