"Cuando perdonamos y abandonamos lo que nos ha atribulado grandemente y nos ha desviado del camino, nos quitamos un gran peso de nuestras almas y eso nos hace libres… libres para seguir adelante y progresar en pos del evangelio de Jesucristo, con más amor en nuestros corazones. Seremos bendecidos con un aumento de entusiasmo por la vida y nuestros corazones estarán más ligeros. Una oleada de energía espiritual nos impulsará hacia el gozo y la felicidad. Los problemas del pasado serán despojados como ropa vieja y desgastada."
(Ned B. Rouché, Liahona, Noviembre de 2004, pág. 29)
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