Nuestro Padre Celestial no nos ha abandonado durante nuestra probación en la tierra. Nos ha provisto de todo el “equipo de seguridad” necesario para regresar satisfactoriamente a Él. Nos ha dado la oración personal, las Escrituras, los profetas vivientes y el Espíritu Santo para guiarnos. A veces puede que hacer uso de este equipo nos resulte pesado, incómodo y terriblemente pasado de moda; su utilización adecuada requiere que seamos diligentes, obedientes y constantes.
(Ann M. Dibb, Liahona, noviembre de 2009, págs. 79-81)
No hay comentarios:
Publicar un comentario