“La paciencia es la capacidad de soportar las demoras, los problemas, la oposición y el sufrimiento sin enojo, frustración ni ansiedad. Es la habilidad de hacer la voluntad del Señor y aceptar las cosas a Su tiempo. Si usted es paciente, es capaz de soportar las presiones y de enfrentar la adversidad con calma y esperanza. La paciencia está relacionada con la esperanza y la fe; o sea, debe esperar el cumplimiento de las bendiciones prometidas por el Señor. Usted necesita paciencia en sus experiencias y relaciones cotidianas… Debe ser paciente con todas las personas, incluso usted mismo, al esforzarse por vencer las faltas y las debilidades.”
(Predicad Mi Evangelio, pág. 126)
“La esperanza es el ancla de nuestras almas… La esperanza consiste en confiar en las promesas de Dios, es tener fe en que si obedecemos ahora, las bendiciones que anhelamos se cumplirán en el futuro… la fuente inagotable de nuestra esperanza es que somos hijos e hijas de Dios y que Su hijo, el Señor Jesucristo, nos ha salvado de la muerte”
(James E. Faust, Liahona, enero de 2000, págs. 70, 71, 72)
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