Es difícil mostrar características virtuosas si la persona carece de integridad. Sin integridad, por lo general se olvida la honradez. Si la integridad está ausente, se pierde la cortesía; si la integridad no es importante, es difícil mantener la espiritualidad.
(David H. Burton, Liahona, noviembre de 2010, págs. 76-78)
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