Google

viernes, 12 de noviembre de 2010

¿Cual es nuestro Problema ?

Spencer W Kimball

Junto con nuestro crecimiento sin precedente, nuestro siguiente problema es indudablemente el mundo; no las altas montañas ni los amplios valles, los candentes desiertos ni los mares profundos, sino el sistema de vida al cual muchos de nuestros miembros se adaptan. "No améis al mundo, ni las cosas que salen del mundo' dijo Juan. "Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él." "Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo' (Juan 2:15-16). ¡La intrusión del mundo en nuestra vida es amenazadora! Cuán difícil nos parece a muchos de nosotros vivir en el mundo y sin embargo, no ser del mundo.

Por boca de Isaías llega la palabra del Señor:

"Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad, y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes" (Isaías 13:11). Satanás llevó al Señor a un monte muy alto, y le prometió: "Todo esto te daré, si postrado me adorares" (Mateo 4:9). "Todo esto" se refería a los antros de vicio y los sitios de pecado, satisfacción física y tentaciones lujuriosas.

Desde hace mucho tiempo el Señor formó sus planes con gran precisión, y los declaró en estas palabras: "Porque, he aquí, esta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre" (Moisés 1:39). Y dijo después: "...para que seáis santificados de todo pecado y gocéis de las palabras de vida eterna en este mundo, y la vida eterna en el mundo venidero, aun gloria inmortal (Moisés 6:59).

Ahora bien, las obras de la carne son muchas, según lo expresa el apóstol Pablo: ". . .vendrán tiempos peligrosos (ya los tenemos aquí). Porque habrá hombres amadores de sí mismos. . .sin efecto natural...intemperantes". (2 Timoteo 3:1-6). Entregados "...a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra la naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros... inventores de males. . ." (Romanos 1: 26, 27, 30), ladrones, borrachos, estafadores.  "¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera pues, que quiera ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios" (Santiago 4:4).

Estos son algunos de los indecorosos hechos y actividades que llamamos el mundo.

Poco antes de la crucifixión, el Señor suplicó "No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal" (Juan 17:15). Esta es la oración que continuamente repetimos, y nuestro esfuerzo mayor consiste en ver que todos los miembros de la Iglesia se santifiquen mediante su rectitud. A aquellas censurables transgresiones, el apóstol Pablo dio el nombre de "doctrinas de demonios" y a sus autores él llama "espíritus engañadores". (Véase Timoteo 4: 1 ) Estas tergiversaciones de la vida normal no han cambiado en este siglo, salvo que posiblemente se han vuelto más viles y licenciosas, más vulgares y degeneradas.

Suplicamos a nuestros miembros en todas partes: "Someteos, pues a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros" (Santiago 4:7). Nuestro sermón es de reafirmación y confirmación. Instamos a nuestros miembros a que permanezcan "en lugares santos", (D. y C. 45:32) y lo que decimos hoy, no es doctrina nueva, sino tan antigua como el día de la creación.

Puede haber algunos que tengan un sentimiento general de inquietud por motivo de las condiciones del mundo y la influencia cada vez mayor de la maldad, pero el Señor dijo: ". . .mas si estáis preparados no temeréis" (D. y C. 38:30), y también: "La paz os dejo...no se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27). Habéis venido aquí en busca de orientación, el propósito de vuestros líderes es proporcionaros esa dirección. Al oír hablar a los hermanos, sentiréis la inspiración de nuestro Señor. El evangelio trae propósito a nuestra vida y es el camino que conduce a la felicidad.

(Spencer W. Kimball, Conferencia General, abril de 1974)

No hay comentarios:

Publicar un comentario