Google

jueves, 2 de septiembre de 2010

El Servicio a nuestro prójimo.

Jeffrey_R_Holland2

“Sé que cada uno de nosotros puede hacer algo, por pequeño que ese algo nos parezca; podemos pagar un diezmo honesto y dar nuestra ofrenda de ayuno y otras contribuciones. . . podemos buscar otras maneras de prestar ayuda. Si no tenemos dinero, podemos dar de nuestro tiempo a las causas justas y a la gente necesitada; y cuando se nos termine el tiempo, podemos ofrecer amor. Podemos compartir el pan que tenemos y confiar en que Dios hará que el aceite de la vasija no disminuya . . . la forma en que respondió la viuda cuando Elías el Profeta le pidió comida fue una expresión de fe; una fe tan grande, dada la situación, como cualquier otra que mencionen las Escrituras . . . Quizás insegura acerca de lo que habría de costarle su fe, no sólo a ella misma sino también a su hijo, llevó primero su pequeño pan a Elías confiando, obviamente, que si no quedaba suficiente pan, por lo menos ella y su hijo morirían en un acto de caridad pura”.

(Jeffrey R. Holland, Liahona, julio de 1996, pág. 31)

Este apostol es maravilloso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario