“En medio de la confusión de nuestra época, la fe firme se convierte en una ancla en nuestra vida. Al acudir a nuestro Padre Celestial por medio de la oración personal y familiar, lograremos lo que el gran estadista inglés, William E. Gladstone, describió como la mayor necesidad del mundo: ‘Una fe firme en un Dios personal’. Dondequiera que nos encontremos, nuestro Padre Celestial puede oír y contestar la oración que se ofrece con fe… Cuando ustedes, mis queridos amiguitos, vivan con fe, merecerán la compañía del Espíritu Santo. Tendrán ‘un fulgor perfecto de esperanza’ (2 Nefi 31:20)”
(Thomas S. Monson, Liahona, mayo de 2001, págs. 2-7)
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